Romeo y Julieta
(Fragmento)
(Vuelve a sonar la música y
los invitados bailan)
Teobaldo: La obligada
paciencia se encuentra con la ira y en tal encuentro tiembla mi carne
acometida; he de partir, pero esta intrusión que hoy se ve dulce, va a ser, un
día, la más amarga hiel.
Romeo: (A Julieta, tocándole
la mano) Si ahora profana con tan indigna mano este sagrado altar, pagaría mi
pecado: mis labios, ruborosos romeros, como en rezos, limarían ese rudo tacto
con tierno beso.
Julieta:
Buen Romeo, ofendéis vuestra mano ofrendada, que sólo está mostrando su
devoción honrada. Los santos tienen manos que tocan los romeros, y palma contra
palma se besan los palmeros.
Romeo: ¿No tienen labios los
santos y los palmeros?
Julieta: Sí, Romeo, los
tienen para decir sus rezos.
Romeo: Entonces, dulce
santa, dejemos que los labios, como las manos, alcen a la fe su llamado. Julieta: Los santos no se mueven, dan lo que
se les ruegue.
Romeo: Pues no te muevas
mientras mis rezos no te lleguen. (La besa). Mis labios, en los tuyos, lavaron
su pecado.
Julieta: Entonces son los
míos lo que lo han recibido.
Romeo: ¿Pecado de mis
labios? Oh, tan dulce atentado. Devuélveme mi pecado. (La besa)
Julieta: Besas como
entendido.
Nodriza: Tu madre quiere
intercambiar dos palabras contigo. (Julieta va a ver a su madre).
Romeo: ¿Quién es su madre,
pues?
Nodriza: Elegante mancebo,
su madre es la señora de esta encumbrada casa y una dama virtuosa, benévola y
prudente. Yo amamanté a su hija, con quien recién hablabais. Os digo que el que
logre quedarse con su mano se hará de un tesoro.
Romeo: (Aparte) ¿Es una
Capuleto? ¡Oh, qué precio! Mi vida, en
deuda a mi enemigo.
Benvolio: ¡Vámonos, ya la
fiesta no puede ser mejor!
Romeo: Ay, eso temo, y creen
mi inquietud, mi dolor.
Capuleto: No, señores, aún
no es hora de partir. Un pequeño banquete
todavía nos espera. (Le susurran algo al oído). Ah, bueno, siendo así…
Os agradezco a todos, honestos caballeros, gracias y buenas noches. Aquí, traed
más antorchas. Vámonos, a la cama. Ah, mozo, por mi fe, que se nos ha hecho
tarde. Ya me voy a dormir. (Salen).
William Shakespeare. Romeo y Julieta. México: SEP/Norma,
Libros del Rincón, 2002, pp. 19, 51 a 59. (Adaptación)
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