jueves, 17 de enero de 2019

LECTURA COMPLEMENTARIA Romeo y Julieta



Romeo y Julieta
(Fragmento)





(Vuelve a sonar la música y los invitados bailan)
Teobaldo: La obligada paciencia se encuentra con la ira y en tal encuentro tiembla mi carne acometida; he de partir, pero esta intrusión que hoy se ve dulce, va a ser, un día, la más amarga hiel.
Romeo: (A Julieta, tocándole la mano) Si ahora profana con tan indigna mano este sagrado altar, pagaría mi pecado: mis labios, ruborosos romeros, como en rezos, limarían ese rudo tacto con tierno beso.
Julieta: Buen Romeo, ofendéis vuestra mano ofrendada, que sólo está mostrando su devoción honrada. Los santos tienen manos que tocan los romeros, y palma contra palma se besan los palmeros.
Romeo: ¿No tienen labios los santos y los palmeros?
Julieta: Sí, Romeo, los tienen para decir sus rezos.
Romeo: Entonces, dulce santa, dejemos que los labios, como las manos, alcen a la fe su llamado.  Julieta: Los santos no se mueven, dan lo que se les ruegue.
Romeo: Pues no te muevas mientras mis rezos no te lleguen. (La besa). Mis labios, en los tuyos, lavaron su pecado.
Julieta: Entonces son los míos lo que lo han recibido.
Romeo: ¿Pecado de mis labios? Oh, tan dulce atentado. Devuélveme mi pecado. (La besa)
Julieta: Besas como entendido.
Nodriza: Tu madre quiere intercambiar dos palabras contigo. (Julieta va a ver a su madre).
Romeo: ¿Quién es su madre, pues?
Nodriza: Elegante mancebo, su madre es la señora de esta encumbrada casa y una dama virtuosa, benévola y prudente. Yo amamanté a su hija, con quien recién hablabais. Os digo que el que logre quedarse con su mano se hará de un tesoro.
Romeo: (Aparte) ¿Es una Capuleto?  ¡Oh, qué precio! Mi vida, en deuda a mi enemigo.
Benvolio: ¡Vámonos, ya la fiesta no puede ser mejor!
Romeo: Ay, eso temo, y creen mi inquietud, mi dolor.
Capuleto: No, señores, aún no es hora de partir. Un pequeño banquete  todavía nos espera. (Le susurran algo al oído). Ah, bueno, siendo así… Os agradezco a todos, honestos caballeros, gracias y buenas noches. Aquí, traed más antorchas. Vámonos, a la cama. Ah, mozo, por mi fe, que se nos ha hecho tarde. Ya me voy a dormir. (Salen).


William Shakespeare. Romeo y Julieta. México: SEP/Norma, Libros del Rincón, 2002, pp. 19, 51 a 59. (Adaptación)

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