jueves, 9 de mayo de 2019

SUBGÉNERO LÍRICO


LOS SUBGÉNEROS LÍRICOS: SÁTIRA, ODA, ÉGLOGA Y ELEGÍA


SÁTIRA
Una sátira es un subgénero literario lírico que manifiesta indignación hacia alguien o algo, con propósito moralizador, lúdico o meramente burlesco. Se escribe en prosa o verso o alternando ambas formas que es lo que conocemos como sátira menipea.

LIBRO DE BUEN AMOR
(Autor: Arcipreste de Hita)

Además, cuando vieres a quien trata con ella,
sea o no de familia, salúdale, por ella;
obséquiale si puedes, jamás tengas querella,
pues las delicadezas rendirán a la bella.
Por muy poquilla cosa de lo tuyo que dieres 5
te servirá lealmente, hará lo que quisieres,
hará por los dineros todo cuanto pidieres;
ya fuere mucho o poco, da siempre que pudieres.
Hace mucho el dinero, mucho se le ha de amar;
al torpe hace discreto, hombre de respetar, 10
hace correr al cojo, al mudo le hace hablar;
el que no tiene manos bien lo quiere tomar.
Aun al hombre necio y rudo1 labrador
dineros le convierten en hidalgo2 doctor;
cuanto más rico es uno, más grande es su valor, 15
quien no tiene dineros no es de sí señor

 
ODA
Una oda es una composición poética de tono elevado, que trata asuntos diversos entre los que se recoge una reflexión del poeta. Según el tema que se cante, puede ser sagrada, heroica, filosófica, amatoria. En general se aplica a todo poema destinado a ser cantado. En este canto el hablante manifiesta toda su pasión, efervescencia y entusiasmo, para plasmar belleza en el poema.

ODA A LA PAREJA
(Autor: Pablo Neruda)

Reina, es hermoso ver
marcando mi camino
tu pisada pequeña
o ver tus ojos
enredándose
en todo lo que miro,
ver despertar tu rostro
cada día,
sumergirme
en el mismo fragmento
de sombra
cada noche.
Hermoso
es ver
el tiempo
que corre
como el mar
contra una sola proa
formada por tus senos y mi pecho,
por tus mies y mis manos.
Pasan por tu perfil
olas del tiempo,
las mismas que me azotan
y me encienden,
olas como furiosas
dentelladas de frío
y olas como los granos
de la espiga.
pero
estamos juntos,
resistimos,
guardando
tal vez
espuma negra o roja
en la memoria,
heridas
que palpitaron como labios o alas.
Vamos andando juntos
por calles y por islas,
bajo el violín quebrado
de las ráfagas,
frente a un dios enemigo,
sencillamente juntos
una mujer y un hombre.
Aquellos
que no han sentido cada
día del mundo
caer
sobre la doble
máscara del navío,
no la sal sino el riempo,
no la sombra
sino el paso desnudo
de la dicha,
cómo podrán cerrar
los ojos,
los ojos solitarios y dormir?
No me gusta
la casa sin tejado,
la ventana sin vidrios.
No me gusta
el día sin trabajo,
ni la noche sin sueño.
No me gusta
el hombre
sin mujer,
ni la mujer
sin hombre.
Contémplate,
hombre o mujer, que nada
te intimide.
En algún sitio
ahora
están esperándote.
Levántate:
tiembla
la luz en las campanas,
nacen
las amapolas,
tienes
que vivir
y amasar
con barro y luz de vida.
Si sobre dos cabezas
cae la nieve
es dulce el corazón
caliente de la casa.
De otra manera,
en la intemperie, el viento
te pregunta:
dónde está
la que amaste?
y te empuja, moriéndote, a buscarla.
Media mujer es una
y un hombre es medio hombre.
En media casa viven,
duermen en medio techo.
Yo quiero
que las vidas se integren
encendiendo los besos
hasta ahora apagados.
Yo soy el buen poeta
casamentero. Tengo
novias
para todos los hombres.


 ÉGLOGA
Es una composición poética típica de los segmentos pastoriles, donde se hace una caracterización a la naturaleza y se le idealiza. Alude a paisajes bucólicos, mientras expresa acontecimientos referidos al amor. En ocasiones la égloga se relaciona con elementos dramáticos e incluye personajes.

ÉGLOGA “EL DULCE CANTAR DE DOS PASTORES”
(Autor: Garcilaso de la Vega)

El dulce lamentar de dos pastores,
Salicio juntamente y Nemoroso,
he de contar, sus quejas imitando;
cuyas ovejas al cantar sabroso
estaban muy atentas, los amores,
(de pacer olvidadas) escuchando.
Tú, que ganaste obrando
un nombre en todo el mundo
y un grado sin segundo,
agora estés atento sólo y dado
el ínclito gobierno del estado
Albano; agora vuelto a la otra parte,
resplandeciente, armado,
representando en tierra el fiero Marte;
agora de cuidados enojosos
y de negocios libre, por ventura
andes a caza, el monte fatigando
en ardiente jinete, que apresura
el curso tras los ciervos temerosos,
que en vano su morir van dilatando;
espera, que en tornando
a ser restituido
al ocio ya perdido,
luego verás ejercitar mi pluma
por la infinita innumerable suma
de tus virtudes y famosas obras,
antes que me consuma,
faltando a ti, que a todo el mondo sobras.
 En tanto que este tiempo que adivino
viene a sacarme de la deuda un día,
que se debe a tu fama y a tu gloria
(que es deuda general, no sólo mía,
mas de cualquier ingenio peregrino
que celebra lo digno de memoria),
el árbol de victoria.


ELEGÍA
Es un poema al dolor, por haber perdido algo. El poeta expresa sus sentimientos de angustia y desamparo, relacionados a circunstancias de muerte o de profunda lamentación.

DR. MATÍAS RAFIDE 
ELEGIA POR UN ANGEL QUE PERDIO LAS ALAS

I
Demasiado fugaz y demasiado
aroma de canción desconocida,
florecer de la luz, joya encendida,
lenguaje del ayer hoy clausurado,
Ya nada importa, nada demasiado:
ni tu cielo ni lámpara encendida
ni la oración que desangró tu herida
ni tu licor sin mácula alcanzado.
Quieto quedó durmiendo tu capullo,
tu corazón fundido en el murmullo
donde la estrella forja su vestido.
Las manos extraviadas se te vuelan,
solamente las lunas te consuelan
y acallan el latir de tu gemido.
II
Sin rosas en las manos, sin espinas,
sólo con lluvias en la cabellera,
te deshaces abriendo la primera
ventana celestial de la neblina.
Ya nunca más tu rostro me ilumina
sobre la tarde hermana, compañera,
ni se avista tu sombra volandera
como un astro que rueda si camina.
Te acercas a ser nube o mariposa
con alas de amaranto, melodiosa
versión de florecer en poesía.
Te acercas a ser flama ya marchita;
pero arribas, lo sé, tarde a la cita
donde es posible detener al día.


 

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